Para el fotógrafo japones, Akihiro Furuta (1970), la familia es el tema ritual de su obra. Esta a la vez, es verdaderamente magnifica y plena de significado tanto por la simplicidad de su desnudez como por la belleza de sus composiciones, que logra capturar analógicamente y en formato medio. La obra fotográfica de Furuta es una celebración permanente a la vida, en compañía de su familia. En sus retratos se revela con ternura la fortaleza de sus vínculos emocionales. Para mi, la mejor teoría de la belleza es aquella que devela el espíritu humano y en la obra de este gran fotógrafo se hace evidente. En varias de sus series como: "Loving you"(2011) y "Smile, Cry, Love" (2006-2010) que les presento ahora en fragmentos, como un relato arbitrario propio, se evidencian sus anhelos de hacer permanente a su cónyuge quien posa para él de una manera nostálgica, siempre en su delgadez (aun después de ser madre), en medio de la intimidad que ofrece lo cotidiano o como diría Roland Barthes: "...El sujeto ofreciéndose como cuerpo del experimento e, indirectamente, como protagonista de una novela". En estas imágenes hay una reflexión constante en torno a los sentimientos con su respectiva carga emotiva, que expone a la luz, al igual que su aspiración íntima.
El universo poético de Furuta se nutre siempre de esta presencia: esposa e hijo, perro o amigo inseparable, todos ellos como parte del vinculo fotográfico y elementos importantes del relato, convirtiéndose en soporte o disparadores de la memoria y en fuente de inspiración permanente para él y para todos nosotros.